El pingüino melón es una figura recurrente en la obra de Karin Gillberg. Es su propio animal de fantasía, que encontrarás de muchas formas en su pequeña tienda Kunstboden. Hay pinturas originales en acuarela y esculturas de metal, pero también tazas impresas, fundas de cojín, postales y mucho más. El mundo de Karin es imaginativo, donde el bollo de canela se transforma en una rosa y el diente de león en un macaron.
Karin es artista e ilustradora, y un hilo conductor de su obra son los animales, a menudo representados con humor y contando una pequeña historia. Expone desde 2013 en la Galleri Puckeln de Estocolmo y en Ekströms konst de Västerås.











